A veces, uno piensa que los amigos llegan a la vida de uno hasta cierta edad, no más. En la adolescencia, en
Lo bueno de los prejuicios es que a veces, se caen a pedazos.
A
Y en todo ese tiempo, nos fuimos conociendo. Nos fuimos contando cosas. Y pese a que ambas somos de risa fácil, a las dos nos tocó consolarnos, reconfortarnos, escucharnos.
Creanme si les digo que hoy soy testigo con total propiedad. Yo estuve allí cuando
Y también fui de las primeras en saber los planes que se iban armando, vi como empezaba a soñar y también vi como esos sueños locos se iban transformando en planes concretos.
Fui viendo como
Hace algunos meses, me contó que se casaba y me premió con el honor de ser su testigo.
Y hoy, cuando ya es la señora Mona, quiero aprovechar de decirle que es bonito que ella llegara a mi vida. Y que es reconfortante saber que estamos en la misma ciudad, que está a una llamada o un click, por cualquier cosa que pase.
Ella es una gran persona, con un corazón de oro y realmente es un regalo que ella también me considere su amiga.
Sé que quizás estas palabras suenen un poco lugar común, cosas que suelen decirse en ocasiones como éstas. Además, ustedes ya saben quién es mi amiga, saben de su bondad y como hace brillar lo que la rodea.
Pero son las palabras que tengo para celebrar con ella el paso que está dando.
Por eso, a Francisco le digo que se sacó un premio y pedirle que me la cuide. Después de eso, no me queda más que esperar que se sigan queriendo y que sean muy felices.
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