martes, 16 de agosto de 2011

19 de agosto para (re) armar

Alcachofas (no me gustan las alcachofas. Come, te hacen bien). Porotos verdes (te van a poner los ojitos claros, coma. No.) Brazo de reina (mmm, eso sí. Otro trocito, por favor). Café. Picarones. Sopaipillas (que llueva más). Torta mokka todos los 30/08. Animales de género para que juguemos. Cojines. Faldas. Vestidos.

Azul (corazón azul. La U. Gooooooooooooooooooool de la U, mierda.). Coraje. Manos pecosas. Ásperas. Tus dedos ásperos rascándome la cabeza. Tus dedos asustándose de la forma de mi cráneo. Siento olor a cloro. Olor a limpio. Olor a limpio cuando me asusto. Cuando me enojo. cuando tengo pena. El olor a cloro me relaja. El olor a cloro es el de tu abrazo.

El tata y la abuelita se tuvieron que arrancar del norte con González Videla. Se fueron a La Coipa. Naciste tú, fuera de planes. Te fuiste igual: nadie se lo esperaba.

Allende murió y varios sueños tuyos se fueron al carajo. Los milicos mataron a tu amigo Gonzalo. Gabriel Gonzalo Vergara, cayó en La Serena cuando pasó la Caravana de la muerte. Los Zarpazos del Puma. Léelo no más, Loli. Pinocho es dictador, no le diga presidente.

Humor negro. Juegos de palabras. Bromas absurdas. Tallas absurdas. Muchas veces, sólo nos reímos las dos. Los otros, desconcertados. Nos miran raro.

Me encuentran muy tímida. Muy retraída. Poco sociable. Un poco rara esta niñita. No pronuncia bien. Muy sensible, llora por todo. Le va a ir pésimo, es influenciable. Déjenla tranquila, reclamas. Veo un brillo raro en los ojos. La defensa es amable, pero efectiva.

Violeta Parra. Víctor Jara. Fernando Ubiergo. Serrat. José Luis Perales. Pollo Fuentes. Radio Cooperativa. Radio Alicanto. Radio Moscú.

Cuando chica, parece que ganaste algo con la lotería, pero una señora te quitó el cartón y se quedó con el eventual premio. Lo había predicho una gitana, te contaron.

(Leíste mi diario de vida y te enojaste. Siempre te saqué en cara eso. No creas que me olvido.)

La sandía se cayó en el camino. Yo tenía como 8 años y no supe cómo arreglar el entuerto. Me retaste, pero con los años te reías del episodio. No te cansabas de contarlo y los demás, de reírse. Aunque me diera vergüenza.

El gato Raúl me cuidaba, me contaste. Le gustaba comer queque. Lo trajeron chiquito, cuando yo era guagüita. Evitó una fuga temprana, el gato. Después casi nos fuimos nosotras. Con Raúl. Me alcanzaste a poner la parka y las zapatillas. Antes de la Pame y antes de la Barbarita. Yo me acuerdo de esa noche, cuando el quiebre parecía inminente. Pero no recuerdo como se desactivó. Tampoco me acuerdo si ronroneó Raúl esa noche.

¿Qué habría sido de ti su hubieras optado por Australia, cuando te invitaron hace muuuuuchos años antes?

Ahora me dirías: “Qué frías están tus manos. Abrígatelas. Tomémonos un cafecito”. Café con leche y tostadas a la cama, en la época de la ULS. Desayuno de a dos, nadie más en casa. Copuchar hasta las 10. De ahí, a levantarse a hacer las cosas.

Te cuento por teléfono que me dijeron que tenían el corazón ocupado. Lloro. Ese cabro es pavo, respondiste. Además, es raro. No llore, hija. O sea, llore, pero no vale la pena.

Me va bien en la PAA, pero las lucas no alcanzan para la Chile. Lloro. Te enojas. No hay de otra, me quedo en La Serena. Me va bien. Pero nunca entendí tu enojo.

¿Dónde quedó la polaroid? Me traje varias de las fotos que me tomaste con esa cámara. Están acá, en mi pieza.

Yo creo que te acuerdas de la última imagen nuestra. Tú, desde un bus. Era 16 de agosto. Ibas demasiado triste y pensé que alguna vez ibas a morir.

[Nunca pensé que a la muerte le gusta la literalidad y que morirías 3 días después. El (faquin) 19].

Desde el rodoviario, yo, con una mano arriba diciéndote chao. Tal vez me veía con mucha vida. Vida suficiente para manejar la torpeza de un trío de pacos con una mala noticia y mis hermanas llorando a gritos antes de escucharla. Vida suficiente para tener la cabeza clara y llamar al diario para conseguir el número del fiscal. Para hablar con el fiscal y preguntar por la entrega de tu cuerpo. Para convertir en pesos las UF que le cobran a mi papá por el Parque del Recuerdo. Para vestirte, arreglarte y ayudar a que te echaran a un cajón. Para que te dejaran bajo tierra y seguir con la vida.

Vida para sobrevivirte, mamá. Y ojalá que haya sacado tu coraje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Simplemente...precioso!!!

Anónimo dijo...

el anterior no era un comentario anónimo, olvidé mi firma
Isabel Rogers