Por alguna extraña razón, esta canción es el recuerdo más antiguo que tengo de mi mamá.
La verdad, no sé si le gustaba Perales, pero me acuerdo de haber estado jugando sola, al lado de ella, que estaba haciendo quién sabe qué. La Pame aún no nacía, así que debe ser antes del 84. Esperábamos las noticias de las 18.00 horas, en la Cooperativa. Vivíamos en el norte, en zona minera. Pasaban cosas feas en Chile; mientras, yo jugaba. Ella escuchaba la radio y de una forma sutil (y quizás no necesariamente premeditada), se encargaba de que tuviera los ojos abiertos.
Compañera Marta Zapata, presente. Ahora y siempre.
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