lunes, 24 de octubre de 2011

Carta Abierta: Guido Girardi

Guido: 

Permítame solidarizar con usted, luego de la ajetreada semana que ha debido pasar. Lo bueno de los malos ratos que ha sufrido en los últimos días, es que nos hemos dado cuenta de que aún hay héroes patrios, ciudadanos. ¡Gracias a usted, la democracia es más democracia! Sabemos que pese a su corazoncito, hace lo que debe hacer: acudir a la justicia por los violentistas que osaron tomarse el Congreso el jueves 20. 

Con usted, esto es casi como eso de la marraqueta más crujiente y el té más dulce después de las (nulas) glorias futbolísticas patrias. 

Y es que su actuación noble y desinteresada durante la ocupación de la sede del Senado en Santiago, le ha permitido reivindicarse de tanta maledicencia que circula desde años contra suya. Sólo porque usted es humano y a veces, mete la pata: que mandó cartas a los militantes del PPD a cuenta de la Cámara, que mandó a la subsecretaria Javiera Blanco a echarle la foca los carabineros que lo partearon por exceso de velocidad, su involucramiento en el caso de facturas falsas en la campaña electoral, que sembró el pánico con sus (exageradas) proyecciones de la AH1N1 en Chile. 

En fin, Guido, tiene del año que le pidan. 

Pero pese a eso, yo solidarizo con usted, un loco lindo de calcetines coloridos y osadas estrategias mediáticas, incomprendido por sus pares, sus otros pares y estos pares.Y también por los columnistas dominicales mercuriales.


Además, dejándonos de cosas, ¿quién iba a pensar que los terribles ataques del oficialismo contra suya iban a terminar por reivindicarlo? 

Son los costos de ser un hombre controvertido y jugado, que incluso cohibió a un duro entre los duros a escribir sobre usted, apabullado porque se le apareció “descrito como un tenebroso cacique político, como cabeza de una red de influencias y poder manejada con mano de hierro”. Aunque usted intente desmarcarse de esa imagen. 

Y es que pese a que se considera un seguidor de Gandhi, es comparado continuamente con un don de la mafia, por su origen italiano y apego a la familia, eh. No hay salud, ah. 

Pero todo eso le resbala. En una clara evidencia de que usted es un progre de a de veras, está impulsando una nueva Constitución, a través de una comisión de expertos, para ahorrarnos a nosotros la lata de meternos en esas vainas leguyeras y esas utópicas utopías de asambleas constituyentes. 

Y aunque no falta el desconfiado que encuentre que el método es terrible de sectario y que va a ser como “dejar al gato cuidando la carnicería”, yo se lo agradezco, fíjese. 

Imagine: pasé mi infancia con derechos civiles restringidos; toda mi adolescencia en una-democracia-en-la-medida-de-lo-posible-porque-o-si-no-los-milicos-se-sublevan-de-nuevo-y-ahí-te-quiero-ver-cabrita y mi adultez joven en esta realidad tan charcha, pero con buenos indicadores económicos y capacidad de endeudamiento. 

Usted entenderá que obviamente, me estresa la posibilidad de que las cosas cambien y participar en tonterías, perdiendo el tiempo en discutir sobre cosas abstractas y no respecto a los problemas reales de la gente. Porque aunque se cambie la constitución, yo igual tengo que salir al otro día a trabajar, ¿vio?. 

Por eso, Guido, le agradezco una enormidad que se preocupe por ahorrarme esa pega

Muchas gracias. 

Atte, su no-ahijada

PS: Salúdeme a la familia, ¿quiere?

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