Yo virgo, ella, géminis. Yo detallista, analitico y
reservado. Ella, sociable, comunicativa y voluble. Aunque tratábamos de
evitar discusiones amorosas, los astros no nos eran propicios.
Ella
tenía un verdadero séquito de enamorados y pretendientes, pero nunca
pudo decidirse por alguno. Yo no sabía qué hacer: Cuando estaba lejos,
la extrañaba, pero cuando ella estaba cerca, me sentía agobiado.
Y ni el
horóscopo chino nos salvó: Ella buey, yo cabra. Ahora seguimos caminos
separados. Ella es feliz con un Acuario –humanitario, emprendedor y con
tendencia al fanatismo- y yo le hago empeño a una Cáncer (sensible,
romántica pero rencorosa).
A veces extraño a Géminis, pero sé que la
olvidaré: Según el zodíaco, una pena de amor quedará atrás y nuevas
relaciones vendrán.
Salud mental, sin novedades.
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