sábado, 25 de febrero de 2012

Carta Abierta: El monstruo de la Quinta


Querido monstruito: disculpa que te desconcentre ahora, cuando estás tan ocupado. Sé que es la fecha en la que te dedicas a ser una entidad rabiosa, furiosa, que no se deja pasar gato por liebre. La época del año en que eres terrible e inconmovible con los truchos que tratan de venderte algún show barato. ¿Cuántos espectáculos de mala calidad han sido despedazados por tus fauces?

Disculpa que le mosquee la gran fiesta de Chile, pero te hablo con la confianza de que sabrás leerme, considerando que yo sí vengo de allá, de la galucha, como alguna vez dijo la Raca, en los años que era la reina del certamen internacional. 

Yo te quiero decir que aunque dicen que ya no eres el de antes, a mí me gustaría que las garras las sacaras siempre. Todo el año y ante todo tipo de charchería. No sólo ante los "artistas" simplones o los "profesionales" del humors que basan sus rutinas en agredir a pobres y homosexuales. No. Me gustaría que tu pega no sólo fuera Viña, el chiste fácil y el escandalillo de fin de año.

Yo te quiero ver rugir también ante los que tratan de vendernos la pescá cuando nos tratan de cuadrar las cifras de la reconstrucción, de decir que gracias al Sipco la bencina solo sube un peso, que arriba los corazones porque vienen tiempos mejores o que la alegría ya viene.

Me gustaría que no sólo te rieras de los chistes clasistas y machistas del Presidente (tanto que te gusta el humor básico), sino que además te indignaras con las arrancadas de tarro de sus ministros, como cuando Hinzpeter dice que a los ayseninos se les pasó la mano e ignore los excesos de las FF.EE. O cuando Mañalich acusa que a causa de las protestas murió un hombre  (y no tenga la decencia de retractarse cuando su seremi de la zona y los deudos lo desmienten).  Quiero que te indignes también cuando la Mamá Michelle pone cara de nada y no se haga cargo de varias barbaridades a su haber, como no hacer nada para parar los atentados a los derechos indígenas o los condoros de la madrugada infernal del 27 de febrero. 

No te pido mucho, monstruo. Sólo que no te enguates con el pan, no te idiotices con el circo y que recuerdes al Puma, cuando le dijo en su cara a las autoridades milicas que "a veces, hay que escuchar la voz del pueblo". Aunque, claro, José Luis Rodríguez haya negado la intencionalidad de la frase. 

Chau. Gaviota de oro para ti. 

No hay comentarios: