domingo, 22 de abril de 2012

Despecho


Siempre decías lo mismo. Que estabas a mi disposición, para que huyéramos volando cuando yo lo quisiera. Me carcajeaba con tu ocurrencia, pasando mis dedos por tu dorso. "¿Cómo es posible, si son sólo tatuajes?", te contestaba. Replicabas que no te subestimara, que tu espalda alada podía llevarnos lejos. Que aprovechara mientras el viento estuviera a mi favor y te mantuviera conmigo. Pero me descuidé un poco y te fuiste, planeando. Cuando no hay mucho smog, creo distinguir tu figura en el cielo. Y, entonces, ruego porque el sol te haga pagar tus culpas derritiendo la tinta de tus alas.

No hay comentarios: